jueves, 19 de marzo de 2015

Hombres sin mujeres - Haruki Murakami


Título: Hombres sin mujeres.
Autor: Haruki Murakami.
Editorial: TusQuets.
Año de publicación: 2015. 
Calificación: 5 estrellas. 


El nuevo libro de Haruki Murakami ha llegado a México, y tal como él mencionó en una entrevista para The New Yorker, nos relata 7 historias de amor y desamor con el toque característico del escritor nipón, en el que plasma el aislamiento y el proceso emocional que implica.

Al igual que sus previas obras traídas al español por la Editorial TusQuets, cada relato nos sumerge de lleno a la perspectiva de cada ser perseguido por la soledad, la pérdida y las preguntas que jamás tendrán respuesta. Aunado a ello, al ir pasando las páginas uno puede escuchar la música clásica o de jazz que ambientan y hacen hincapié en las memorias de los personajes. También podemos vernos afectados por un par de diálogos de tal forma que nos quedamos sin aire durante unos segundos y tenemos que detenernos un momento a pensar en lo que acabamos de leer.

Murakami, por supuesto, tiene la cualidad de plantear el amor, desamor, dolor y soledad que todos los humanos hemos experimentado en algún momento de nuestras vidas, y lo hace de tal manera que evoca recuerdos que aparentemente estaban guardados desde hacía mucho tiempo en cada uno de nosotros.

Los relatos de Hombres sin mujeres tienen un argumento común: hombres que han perdido a las mujeres que han pasado por sus vidas y que les ha afectado tanto que inclusive han llegado a perder una parte de sí mismos o la vida misma. Cada uno de ellos es, me atreveré a decir, verdaderamente único. Poco o mucho, estos hombres viven la pérdida de una manera diferente, y aunque Murakami ya ha ofrecido esto en sus obras previas (1Q84, Crónica del pájaro que da cuerda el mundo y Tokio Blues por ejemplo), no le quita la sensación agridulce que siempre disfrutamos en sus libros.

Es una excelente lectura para un buen fin de semana que se tenga tiempo o bien, éste libro puede acompañarnos en las noches con una historia diferente durante una semana. La decisión es propia. Por mi parte, recomendaré este libro a cualquiera que me pregunte por él pues a mi gusto tiene las 5 estrellas bien merecidas. Y claro, de vez en cuando me hallaré releyendo uno u otro relato.


(+) Si así lo desea, puede indagar un poco más en cada uno de los relatos a partir de aquí.

En Drive My Car Murakami nos habla de un actor veterano llamado Kafuku quien contrata a una mujer libre de cualquier parámetro de belleza para que trabaje como su chofer privado, y tras varios meses de apenas interactuar entre sí, le confía que él ha sufrido la pérdida de su esposa, y que a partir de ello todo se ha vuelto sin color y sin vida, de hecho, se da cuenta de que el único al que podría haber considerado su amigo aparte de la difunta, era el amante de ésta.

Kafuku le explica a Misaki (la chofer) que su esposa había tenido al menos 4 amantes antes de que muriera, y él se había dado cuenta en todas las ocasiones, sin embargo, jamás le reclamó o le insinuó algo. Pero muchas dudas surgieron en su interior y desconocer el por qué de su infidelidad siempre se quedó consigo. Por alguna razón que ni el mismo comprende, decide contactar con el último: un actor más joven cuyo nombre es Takatsuki, y queda con él durante varias noches en las que hablan de la difunta mujer. Kafuku siente empatía por Takatsuki ya que, al ser el amante, no pudo despedirse adecuadamente de ella, y a leguas podía verse de que de verdad le importaba fuera de una relación sexual.

Ambos actores, aunque jamás tuvieron que haberse conocido, inician una amistad que sólo dura 6 meses. Misaki le pregunta a su jefe sobre aquel cortón tan súbito y éste le responde que en realidad Takatsuki le caía bien, pero jamás dejaría de ser el hombre que se había acostado con su mujer, y por eso mismo decide dejar aquella relación eventualmente, quizá para darle un escarmiento o bien, para librarse de la rabia en su interior.

Antes de terminar el relato, Misaki prácticamente le dice que no debería tomárselo tan en serio. Quizá la única razón por la que su mujer estuvo con el joven actor era porque precisamente no le atraía y de esa forma, jamás se hubiera enganchado emocionalmente con él. “De nada sirve darle vueltas. No queda más remedio que apañárselas, tragar e ir tirando” concluye antes de que Kafuku reflexione lo que acaba de escuchar para luego quedarse dormido mientras ella sigue manejando a través del tránsito.


En Yesterday Tanimura, un chico de 20 años, nos cuenta la historia de Kitaru desde su perspectiva: se trata de un chico muy alegre y peculiar tokiota que se expresa en dialecto Kansai; él es su primer y único amigo desde su llegada a Tokio. A diferencia de Tanimura, él ha sido un ronin (alguien quien no consigue pasar el examen de la universidad) durante dos años. Su amistad fluye como la de cualquier par de chicos comunes y corrientes, lo cual es un consuelo para ambos.

Kitaru le propone que salga con su novia, pues tiene el ligero presentimiento de que ella está engañándolo con otra persona y argumenta que prefiere que salga con un amigo suyo a con un desconocido. Kitaru le explica a Tanimura que desde muy chicos han estado juntos y que tienen una buena convivencia, pese a ello, no han llegado a tener relaciones sexuales porque no se siente cómodo con ella en ese aspecto. Muy a su pesar, Tanimura acepta salir con ambos, para tantear la situación aunque ya de por sí es complicada.

Erika Kuritani es el nombre de la chica y cuando la conoce le parece una belleza de las que te hacen voltear cuando pasan por la calle, pero precisamente por eso, Tanimura no entiende por qué la pareja sigue junta. Él se percata de que ambos se preocupan el uno por el otro, pero nota que no existe la chispa de pasión que uno esperaría encontrar. Así que Kitaru suelta la propuesta de que su novia y su amigo salgan juntos. “Es un intercambio cultural” dice, “para adoptar otros puntos de vista”. Ella se ve claramente molesta pero acepta sólo para complacerlo.

Cuando Tanimura y Erika salen, van a ver una película de Woody Allen, caminan un poco y comen en un restaurante italiano. Erika le confiesa que tiene un sueño donde ella y su novio están en un crucero y miran durante las noches a través del ojo de buey a una luna hecha de hielo hasta que ésta desaparece al amanecer. Así mismo, ella expresa su preocupación sobre Kitaru pues aunque de pequeño parecía tener talento y carisma hacia los demás, ahora piensa que está perdido, quizá inclusive ni él mismo sabe lo que quiere. Explica que Kitaru no siente deseo hacia ella. Se encuentra confundida pues claramente lo ama pero hay cosas que no entiende de la actitud que toma, así que el hecho de salir con otra persona no es sorpresa. Tanimura le recomienda que debería decírselo pues está seguro de que él entendería la situación. Al parecer ella lo hace, y consecuentemente Kitaru deja de asistir al trabajo, dejando a un Tanimura solo y triste, dolido por no tener explicación alguna pese a ser buenos amigos.

Dieciséis años más tarde, Tanimura se encuentra con Erika en el salón de un hotel y platican un poco. Ella comenta que Kitaru terminó estudiando gastronomía y actualmente trabaja de chef en un restaurante de sushi en Denver. Ninguno se ha casado y tal vez se deba a que ambos siguen dando un rodeo sin fin.

Tanimura concluye con la reflexión en la recuerda que cuando tenía 20 años no tenía amigos ni novia y se hallaba completamente solo y aislado, sin la visión de un futuro cierto. A veces, cuando escucha Yesterday de los Beatles recuerda a Kitaru pues éste la cantaba en dialecto Kansai, y se da cuenta de que el poco tiempo que pasaron juntos como amigos fue muy valioso para él, y aunque su partida fue súbita, aún espera que él lleve una vida feliz.


Un Órgano independiente es el tercer relato. En él conocemos la historia del Doctor Tokai, un cirujano plástico de 52 años quien podría etiquetarse como “sociable”. Es un hombre inteligente, interesante y culto que jamás ha tenido una relación formal con ninguna mujer. Tanimura -quien personalmente creo que es el mismo hombre de la segunda historia- y el doctor se conocen en el gimnasio y responden a una amistad inmediata.

Con el paso del tiempo, él le confiesa a nuestro narrador que desde pequeño ha querido todo lo que quiere gracias a que ha sabido moverse en cualquier ámbito, sin embargo, llega el momento en el que no sabe quién es. ¿Quién sería si de pronto le quitaran todas sus cualidades? Esa es la pregunta que ronda en su cabeza. Por si fuera poco, en ese momento se ve abrumado y confundido por la sensación de enamoramiento a una de sus amantes -16 años menor que él-. El no poder controlar ese sentimiento le produce rabia y dolor porque aunque intenta evitar sentirse así, su esfuerzo es en vano. Tanimura pronuncia palabras para consolarlo pues es una situación en la que se vea por donde sea, no saldrá bien.

Una terrible madrugada, Tanimura recibe una llamada anunciando la muerte de su amigo. Más tarde, el joven asistente del doctor (Gotou) le explica que el hombre murió por inanición. El joven cuenta que el mal de amores se convirtió en la causa de su final. Desafortunadamente, la mujer de la que estaba enamorado no sólo estaba casada y lo tenía como amante, sino que también había un tercer hombre. El doctor Tokai, al enterarse de esto no reaccionó como cualquier otro suponía que haría. Había sido manipulado y al estar claramente dolido y destrozado, empezó a evitar sus comidas, a dejar de vestirse, de limpiar el lugar donde se hallara… Prácticamente se dejó morir.

Antes de despedirse de esta vida, Gotou lo encontró hecho nada más que un cuerpo con la piel pegada a los huesos y los ojos viendo a un punto invisible. “Un hombre reducido a nada” dijo. Hizo lo posible por limpiar y arreglar la falta de cuidados con él y con su hogar, pero fue demasiado tarde. El hombre ya había decidido partir de este mundo.

Tanimura trata de no emitir juicio ante las decisiones que el doctor tomó, pues al final de cuentas, el amor al que Tokai alguna vez se refirió como un órgano independiente, fue su ruina. Quizá no importa cuánto dolor experimentemos a causa de ello, pero de no saber que existiera, definitivamente la vida sería más anodina. Después de todo el amor duele, y perder a la persona que uno ama, todavía más. Hay heridas que definitivamente nunca sanan.


Sherezade hace alusión a Las Mil y una Noches pues una mujer apodada Sherezade es quien toma protagonismo en esta historia. Tsuji Habara es un hombre quien permanece día y noche en House, un lugar del que aparentemente no puede salir. Sherezade por su parte, es un ama de casa de 35 años quien tiene como trabajo llenar con suplementos el lugar que está habitando.

Al igual que la Sherezade original, ella tiene sexo con Habara y después de ello le cuenta historias con una oratoria digna de ser recordada. Ella le relata de manera totalmente convincente que puede recordar haber sido una lamprea en su vida pasada.

Cada 3 o 4 días ella llena su refrigerador con comida, tienen sexo y luego le cuenta historias. Así es la rutina. Eventualmente empieza a contarle que cuando tenía 17 años había un sujeto en su preparatoria del que ella gustaba y que, a raíz de este pequeño enamoramiento, ella decidía entrar a la casa de él a hurtadillas. Cada vez que lo hacía se llevaba una pertenencia de él y dejaba una propia. Lo hizo en varias ocasiones pues le producía un placer desbordante pero, al cabo de un rato, la madre del chico la descubrió y ella se vio obligada a dejar de hacerlo.

Habara, quien escucha atentamente cada palabra que ella tiene que decir, desea internamente que Sherezade le cuente muchas más cosas pues es su única conexión con el mundo exterior, y teme que un buen día ella desaparezca. Tristemente, ella deja de acudir, dando vida a sus temores. Pero, piensa, perder a una mujer consiste en eso: significa ya no tener momentos especiales que invalidaban la realidad, aun estando integrados a ella.


Probablemente Kino sea el relato que más se parece a 1Q84 y Crónica del pájaro que da cuerda al mundo. Es uno de los favoritos gracias a que captura el estilo y la escena entera de Murakami. Kino es un hombre común y corriente quien desafortunadamente se percata de que su mujer lo estaba engañando. Extrañamente está sereno y tranquilo, así que la decisión que toma de renunciar a su trabajo y de mudarse parecen lo más normal del mundo.

Un tiempo después pone un bar y aunque es pequeño, puede pagar bien sus cuentas. El bar también se llama Kino. Como amante de los gatos, Murakami añade una gata callejera a la historia y sin perder aquel misticismo, también añade un factor espiritual: un sauce que cubre gran parte de la entrada al bar. De igual forma, un hombre empieza a acudir regularmente; éste tiene apariencia de yakuza (mafia japonesa) con la cabeza rapada, los trajes y el mutismo inicial, sin embargo, el hombre sólo va allí a tomar whiskey mientras lee algún libro pesado.

Todo parecía ir viento en popa, hasta que un par de hombres llegan al bar y arman un jaleo que incomoda a los demás clientes. Kamita (el hombre con apariencia de yakuza) se ofrece a sacarlos y enseñarles “algo más que sólo leer”. Pero los sucesos extraños apenas empiezan: Kino se acuesta con una mujer que era una clienta y que al parecer tiene varias quemaduras y heridas en el cuerpo. Y la gata que frecuentaba el bar deja de aparecer. Aunado al hecho, Kino ve 3 serpientes cerca de su entrada lo cual no puede ser un buen presagio.

A partir de ello su tía y Kamita le sugieren que se vaya de ese lugar pues de lo contrario podría pasarle algo muy, muy malo. Él accede aunque no entiende muy bien la situación, pero estando lejos, es como por fin puede comprender que todo está conectado: Kamita, el sauce, la gata, los hombres que fueron al bar, la mujer con la que se acostó y su esposa siéndole infiel. Kino necesitaba sentir todo ese dolor para que así pudiera avanzar y eventualmente perdonarla a ella y así mismo. La cuestión era no ocultar el dolor si no sentirlo y salir de él. Seguir adelante pese a ello.   


Samsa Enamorado es el claro ejemplo de la influencia de Kafka en las obras de Murakami y sin ir más allá de lo obvio, el autor nipón juega con la historia y plasma en su único estilo a Gregor Samsa como un insecto que se convierte en un humano.

Poco a poco Gregor aprende a caminar y a entablar pequeñas conversaciones gracias a que una chica lo visita y ella, al ser absolutamente particular en su forma de caminar y de expresarse, se siente atraído de manera irrefutable.

Es el relato más corto de todo el libro.

Hombres sin mujeres empieza con un hombre que hace una llamada en la madrugada a nuestro narrador, y como suele suceder con ese tipo de situaciones: fue una mala noticia. Éste le dijo de manera muy apática que su esposa se había suicidado.

A partir de aquí el narrador cuenta que le hubiera gustado conocer a M (la chica que se suicidó) cuando tenía 14 años pues de esa forma todo hubiera sido diferente. Obviamente se puede apreciar un vínculo amoroso que probablemente jamás pudo romperse. Él describe cuánto la quería y amaba de tal forma que uno puede sentir ese amor palpable. Quizá solo salieron 2 años pero para él fueron intensos como ninguna otra relación.

Pero M desapareció de su vida y lo dejó a merced de lo desconocido. Él sintió un dolor intenso que lo llevó a la desesperación. El no saber dónde estaba provocó una mella en su ser e indefinidamente la pérdida de aquella chica también provocó la pérdida de muchas otras cosas más: de la música, de los colores, de los paisajes, del gusto en la comida…

Así que después de enterarse de su muerte vuelve a sentirse perdido. Y es que convertirse en un hombre sin mujer es muy sencillo, argumenta: basta con amar locamente a una mujer y que luego ella se marche a alguna parte, a un lugar donde no pueda ser alcanzada. A partir de aquí todo es distintito, ya no puedes disfrutar ni soportar ver todo aquello que compartías con esa persona.

Seguramente éste sea uno de mis relatos favoritos pues toca las fibras de los sentimientos que creía tener bien guardados. Y como usualmente hace Murakami, siempre me deja con una sensación agridulce después de terminar un libro. De todas formas yo le pongo unas bien merecidas 5 estrellas. Y claro, como ya había mencionado antes, estoy segura de que me hallaré releyendo sus historias porque indudablemente uno se siente identificado con ellas desde cualquier punto de vista.

Los libros deben hacer eso. Deben movernos, afectarnos, hacernos reír y llorar; sacudirnos mentalmente y hacernos creer en un mejor futuro… o bien, pueden ayudarnos a entender alguna situación por la que estemos pasando o simplemente pueden acompañarnos. Las palabras que Murakami escribe nos brindan eso y mucho más. 


Puedes encontrarlo en:

lunes, 16 de marzo de 2015

Cartas Cruzadas - Markus Zusak


Título: Cartas Cruzadas.
Autor: Markus Zusak.
Editorial: Lumen.
Año de publicación: 2011.
Calificación: 5 estrellas. 


“Hace falta mucho amor para odiarte así…”

Una gran frase para representar una gran historia. Cartas Cruzadas es la nueva novela de Markus Zusak autor de La Ladrona de Libros, y en ella nos presenta la historia de Ed, un joven taxista de una gran ciudad.

Realmente nunca conoces a una persona, solo vemos una parte de la gran variedad de facetas que podemos tener. La historia se basa en esto, ya que Ed va descubriendo que las personas que lo rodean no son lo que él cree.

Es un libro pequeño comparado con La Ladrona de Libros, sin embargo, esto no disminuye su calidad. Markus Zusak reafirma su estilo, al narrarnos la historia con títulos y subtítulos divertidos, tal y como lo hizo con La Ladrona...

La frase del inicio es una de las que me parecieron más impactantes, porque la situación en que se expresa es por demás sorprendente. Nunca te esperas que una persona te diga eso, se contradice pero expresa la intensidad del sentimiento.

Se supone que una persona está contigo porque quiere estarlo, porque le gusta cómo eres o como es su relación o qué sé yo. Pero nunca una persona debe estar contigo porque se siente obligado, es muy triste; más si la persona se supone que te debe querer y apreciar por encima de muchas cosas.

Tal vez no puedes elegir a quién amar, pero de alguna manera si podemos elegir la intensidad con la que deseamos a esta persona. En el momento en que aceptas que a lo mejor no es la indicada puede que la vida te sorprenda de la mejor manera. Te puede mandar al amor de tu vida en la manera en que menos te esperas.

La vida debería ser un placer para todos, sin importar que tipo de persona seas. Ed se encarga de eso, de hacer felices a un grupo de personas con las que tiene todo y nada que ver. Por gusto o por obligación se involucra en la vida de las personas para mejorarlas y hacerles ver que las cosas mejoran en medida que uno quiere.

Ed, con todo y su corta edad es un personaje muy maduro y lo que le hacía falta madurar lo logra en el desarrollo de la historia. Las situaciones que vive y el cómo las enfrenta, lo hacen actuar como una persona de mayor edad a la que realmente tiene.

Los sentimientos son acciones vivas que le dan un toque especial a nuestro día a día, de nosotros depende que tan especial sea. Si todos tuviéramos a un chico como Ed nuestra vida mejoraría notablemente, pero nosotros podemos ser el Ed de las personas que nos rodean.

Como bien dicen los pequeños detalles son los que cuentan, no necesariamente tenemos que hacer regalos costosos a las personas para hacerles saber que los queremos, al contrario. Entre más íntimo y personal sea el presente más significado tendrá.

A lo mejor ni siquiera tiene que ser un bien material, basta y sobra con que sea de voluntad y con los mejores deseos para que el “regalo” tenga un significado muy especial, porque fue pensado solo para esa persona.

Los retos, las situaciones inesperadas y los increíbles descubrimientos que Ed va haciendo mientras se desarrolla su historia, hacen que la lectura de esta novela sea amena y que en ningún momento quieras dejar de leerla. Altamente recomendable.



Puedes encontrarlo en: